Done Jakue Bidea - Camino de Santiago (Revista On - Diario de Noticias)

CAMINO DE SANTIAGO (III)

En busca del Txori

JOSÉ ANTONIO CRUZ, DIRECTOR DE ENTREVINOS - Martes, 20 de Septiembre de 2011 - Actualizado a las 15:27h
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El puente románico de Puente La Reina - Gares.
El puente románico de Puente La Reina - Gares. (D.N.)
  • El puente románico de Puente La Reina - Gares.
  • En Obanos se juntan los caminos de Somport y Orreaga-Roncesvalles.
  • Santa María de Eunate, iglesia románica del siglo XII.
  • Detalle de la fuente de Puente La Reina - Gares.
  • En el alto de El Perdón se puede contemplar esta escultura de Vicente Galbete.
  • Vista de la localidad de Añorbe.
  • Olivos de Valdizarbe.
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Cizur
Vuelve a aparecer la épica carolingia en los campos de la salida de Pamplona. Entre esta ciudad y el vecino pueblo de Cizur sitúa la leyenda la disputa entre Carlomagno y el gigante Aigolando, caudillo musulmán. Combates uno a uno, veinte a veinte, cien a cien y mil a mil preceden la definitiva confrontación entre los dos ejércitos que se salda con la victoria de Carlomagno y la muerte de cien mil soldados musulmanes que tiñen de sangre los campos de Pamplona y Cizur.
Pasamos por Guendulain, Zariquiegui y Astrain, y llegamos al Alto de El Perdón. Merece la pena, aunque otra alternativa sea atravesar la Sierra por los cómodos túneles. Este Alto es la frontera norte de la depresión del Ebro y su situación ha sido tiempo atrás tan importante que hubo antiguamente un hospital de peregrinos y, hasta el siglo XIX, una ermita dedicada a la Virgen del Perdón. Hoy tenemos en su lugar una escultura monumental de Vicente Galbete con una leyenda que remata el monumento: Donde se cruza el Camino del viento con el de las estrellas. Y también, como queriendo alcanzar el cielo, unas decenas de molinos de viento modernos que nos llaman la atención sobre el aprovechamiento de la energía eólica. Desde El Perdón podemos divisar casi toda la Cuenca de Pamplona, al norte, y una buena parte de Valdizarbe, al sur. En el descenso, Uterga y Muruzábal ceden el paso a Obanos, confluencia de los Caminos de Somport y Roncesvalles, y trampolín de Puente La Reina, población indisoluble del peregrinaje a Santiago.
Obanos
Merece una buena parada para empaparse de leyendas, pasear sus plazas y visitar una bodega. Cobra especial fuerza el lugar de Arnotegui (un derivado en euskera de sitio de vino); la leyenda de San Guillén y Santa Felicia (que se representa periódicamente en el Misterio de Obanos con gran participación popular), una historia de amores, desamores y poder; y la romería que termina pasando el vino por la cabeza plateada con las reliquias de San Guillén todos los años por septiembre. Obanos es una contribución a la leyenda y al Camino. Avanzada la Edad Media, los Infanzones
hicieron de Obanos y sus tierras un bastión para contrapesar el poder autocrático del Rey. También hay que destacar en esta localidad la escultura Un camino, obra de los artistas navarros Patxi Aldunate y Pepe L. Tazón, que precisamente está colocada en el lugar en el que se unen los caminos jacobeos conocidos como Aragonés y Navarro.
Eunate
Muy cerca de la localidad de Obanos, y cargada de misterio, se encuentra la Iglesia de Santa María de Eunate, románica del siglo XII sobre la que no existe documentación ni origen definido, que la hacen ser un lugar singular y emblemático del Camino de Santiago, y cuenta con una importante carga esotérica, telúrica y misteriosa. Es un edificio cuya función fue cementerial y funeraria; tiene estrecho parecido con el Sancti Spiritus de Roncesvalles y el Santo Sepulcro de Torres del Río, situadas muy cerca del comienzo y final del tramo navarro respectivamente, formando parte de un escalonamiento entre dichas capillas funerarias.
Puente La Reina - Gares
Si los garestarras levantaran la cabeza verían muchos de sus sueños convertidos en realidad. Ellos encontraron allí el mejor lugar para vivir y se fueron enriqueciendo con todos los viajeros que seguían las líneas de energía telúrica que, viniendo del norte y el sureste francés, se juntaban en Puente La Reina. 

Después aparecerían los cristianos: monjes, hospitalarios, Guillén y Felicia, templarios, y peregrinos lejanos que con el Camino de Santiago construirían Eunate, Obanos y Puente La Reina, lugares llenos de magia, piedad y de gente. Así ha sido por los siglos de los siglos, repitiéndose la historia continuamente. Energía, viaje y viajeros que se quedan por la singularidad del lugar. El buen pan y el buen vino son atractivos difícilmente mejorables.

Puente La Reina significa, ante todo, el viaje hacia dentro y hacia fuera. Es necesario pasar por allí para coger fuerzas con las gentes del lugar y continuar hasta el finis térrae compostelano.

Doña Mayor, esposa de Sancho El Mayor, estaría también orgullosa de su obra, ahora que hay un puente más grande y que la autovía libera a la localidad del tráfico motorizado no estrictamente necesario. El lugar recupera su energía y se reinventa a los ojos de los caminantes.
Pamplona es mucho Pamplona y salir de aquí por las buenas no es recomendable. Para evitar esto está Cizur, los asadores son visita obligada y una base extraordinaria para afrontar la siguiente etapa con garantías. Hacen gala de los mejores asados de carne (cordero o cabrito de la Cuenca que está de vicio, o gorrín, o chuletón de vaca o buey) y de pescados. Y los vinos de Navarra son los protagonistas indiscutibles de sus cartas.
Antes de entrar al casco urbano de Puente La Reina nos paramos en el Hotel El Peregrino, por el placer de ver este Relais & Chateaux, por saludar a Ángelo Cambero y por degustar la excelente propuesta culinaria de este Restaurante del Reyno. La nueva autovía ha resultado como un gran Txori que ha limpiado la cara de Puente La Reina-Gares. Ahora los hoteles y restaurantes ganan en tranquilidad y un mejor servicio a los visitantes. 

Las alubias pochas, los pimientos, tomates, espárragos y otras verduras nos anuncian que estamos en una zona con una fertilidad especial. Abadejada, costillas al sarmiento, cordero en fritada y en chilindrón, magras con tomate y pochas. Se ha hecho ya una tradición en los últimos años que al final del verano y el comienzo del otoño Puente se tiña de rojo; es la época de los pimientos, que los cultivadores y comerciantes ponen a la venta crudos, asados y embotados. Las montañas de pimientos son el reclamo para que el comprador se decida entre los de piquillo de Lodosa (el más conocido y el más fino), najerano (carnoso, pero más alargado que el bola), calpisa (dulce), bola, pico de Mendavia (con más carne que el piquillo), de cristal (el más fino y exquisito) o morrón (gelatinoso). La variedad calpisa, se ha convertido en el pimiento de Puente por excelencia. Otra de las estrellas es la alubia roja de Puente, una delicia.

Quedamos plenamente satisfechos para proseguir nuestra aventura caminera hacia Santiago.

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